Queda ya un poco lejos 2013 cuando, con gran sorpresa por nuestra parte, una pareja de pardillos comunes decidió hacer su nido entre los tiestos de nuestro piso. La pregunta era por qué.
Unos años atrás, la población de verdecillos en la ciudad colapsó y su hueco vino a ser cubierto por otras aves de “tipo similar”: verderones, jilgueros, pero sobre todo los pardillos ocuparon rápidamente su lugar, y aunque con el tiempo los verdecillos regresaron, no llegaron a jugar más allá de un papel secundario.
Los pardillos, en contra, prosperaron y desde entonces no han dejado de ser la especie con más efectivos del grupo.
En ese contexto, una pareja de pardillos llegó a uno de los tiestos, el que contiene la planta mayor y más densa, y decidieron anidar en él.
El resultado fue asombroso, y la pareja sacó adelante a tres polluelos al principio de la temporada. Y aunque todavía quedaba mucho tiempo de buen tiempo, no se repitió la puesta en nuestro entorno.
Las puestas se repitieron salvo los años 2014 y 2018, aunque no siempre se llegó a buen término; como en el 16, cuando un nido de Pollistes gallicus se ubicó demasiado cerca del de los pardillos y se abandonó la puesta. O como cuando en 2019 una puesta demasiado visible fue presa de las urracas que anidaban abajo, en la acera; o como en el 20 y 21, años en los que las presiones humanas no permitieron esa tranquilidad deseada, a pesar de que en el 21 pusieran otra nidada de sustitución, prácticamente en el mismo lugar que la primera, …
La conclusión no es muy alentadora, 3 éxitos en 7 intentos.
Y aun así, esta temporada vuelven a intentarlo de nuevo; en el mismo sitio.
¿Quizá se deba a una insuficiencia de lugares para nidificar?
Hace ya algún tiempo leí, que los pardillos no eran especialmente exigentes para ubicar sus nidos. Es posible que, el significado de “incauto”, “inexperto”, “bobalicón” tenga ese origen, el que no se preocupan demasiado por construirlos en algún lugar seguro.
Y desde luego, acumular tres fracasos consecutivos daría pie a pensar que no es un buen lugar para una apuesta tan arriesgada.
Durante algún tiempo, pensábamos que ver el nido anterior ayudaba a colocar el de la nueva temporada; quizá como reclamo, o quizá por reutilización directa o por reciclaje de sus materiales. Como los construyen, por norma, dentro de una planta tan densa, los nidos soportan muy bien uno o incluso 2 inviernos.
No obstante, la permanencia del nido antiguo parecía que obligaba a buscar emplazamientos alternativos, muchas veces demasiado expuestos y no siempre ocupados tras su construcción. Por eso, se optó por retirarlo en otoño; ya fuera de su uso.
Ello no supuso si no que se reutilizara el arbusto preferido.
Otra pregunta que aparece es: ¿son siempre la misma pareja?
Es de sobra conocido que la longevidad de las aves es muy superior a la de los mamíferos del mismo peso. Un micromamífero no durará mucho más allá de uno o, con mucha suerte, dos años; sin embargo, un ave de un peso similar, o incluso inferior, puede superar los 10.
Otra cuestión, no menos interesante es, si son la misma pareja, ¿cuál es la edad de la hembra? Es posible que muchos amantes de las aves desconozcan algo que los criadores de canarios saben muy bien: a medida que la madre envejece, la ratio de machos por nidada desciende.
De todos modos, y sea la razón que sea, han decidido volver a intentarlo; a ver quiénes somos nosotros para decirles que están equivocados. Ya veremos si el que las urracas se bañen a poco más de un metro de su estacionamiento tiene alguna complicación añadida.
Por cierto; mientras se escriben estas líneas, un grupo de 4 estorninos negros que rondaban por los alrededores recogiendo materiales para sus nidos, cambiaron su objetivo y se fueron directos hacia el de los pardillos, por la misma parte del arbusto que usa la hembra para entrar… tampoco parece que esta temporada pinte muy bien.
Fue una batalla muy desigual, 4 estorninos contra el pobre macho que defendió a su futuro con todas sus energías; pero ganó la masa y se abandonó el nido.
Artista invitado:
Pardillo común: txoka arrunta, liñaceiro común, passerell comú, common linnet, Carduelis cannabina Linnaeus, 1758
Muy interesante, las fotografías son impresionantes.
Gracias por compartir.
Elvira
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Gracias Elvira!
Ya sabes, se hace lo que se puede con la mejor intención.
Un saludo
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Con mucho gusto, haces un buen trabajo.
Gracias, saludos.
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Gracias por esta ornitología «de andar por casa», que nos acerca a vecinos que comparten con nosotros edificio o incluso terraza, y que por desgracia pasan con demasiada frecuencia desapercibidos.
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Gracias rumboanada; ha sido un placer contaros una pequeña historia y que os haya gustado.
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Nice shot 📷
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